Nasobucos against the pandemic in the JC del Mariel
Autor: Arletis Rodríguez Hernández / arletis.rodriguez@art.jovenclub.cu
Los Joven Club en el Mariel se mantienen muy activos cumpliendo con todas las medidas y llevando a cabo todas las tareas en las redes sociales con la mejor disciplina posible para así mantener informado de todos los acontecimientos a nuestro país y apoyando a todos los médicos que se encuentran en la primera línea de combate al Sars cov 2.
Nadie se pregunta cómo serán estos días para quienes ostentan el Título de Héroes o Heroínas del Trabajo y por su edad o enfermedades asociadas deban permanecer en casa. Aunque lo común es pensar que están en la primera línea de su labor, en la tarea de alguna organización de masas que les necesite o en cualquier otra actividad favoreciendo la disciplina y protección colectivas.
Pocos imaginan que esos seres humanos distinguidos por personificar la consagración a un deber cualquiera, arriesgan hasta sus propias vidas en medio de tal compromiso.
En esa vocación de servicio sumerge, los días aciagos de la Covid-19, Olga Hernández Albariño, mujer jubilada, que no «obedeció» los criterios especializados sobre su edad de riesgo (75 años), ni sus patologías de hipertensión y diabetes, dolores en las piernas. Cubana luchadora emprende confecciones de nasobucos, usando colores de nuestra bandera, para honrar a todos los trabajadores que se mantienen activos en Joven Club Mariel. Hoy nuestra señora de la tercera edad se encuentra en su casa, muy activa.
Joven Club lleva varios años realizando un trabajo de capacitación hacia estas personas de la tercera edad, dando por resultado que hoy, debido a esta pandemia por la cual pasa nuestra tierra, esta señora dedique gran parte de su tiempo a proteger a los trabajadores de Joven Club. Estos son los resultados que siempre tienen nuestras instituciones cuando el trabajo se hace bien.
Olga es una mujer muy sencilla, de quien pocos saben cuántas horas dedica al bien ajeno. Ninguna riqueza o beneficio forma parte de su vida, más sí pasión de vivir. Ella extiende su cuidado y protección a los demás trabajadores, como por ejemplo la Central Eléctrica flotante de Mariel, para que estos se protejan y puedan salir adelante y luchar contra este virus que nos ataca.
Palabras dichas por la usuaria: «En ocasiones me dedico a apoyar y controlar el cumplimiento de esas medidas por la población y el personal que transita dentro de la institución».
Es una labor muy humanitaria y un gesto a reconocer por todos los agradecidos que recibieron ese valioso medio de protección. Felicidades y éxitos en sus cotidianas labores a esa señora marieleña, para que siga aportando a la familia Joven Club.