En la era de las tecnologías disruptivas, las aplicaciones de salud y en especial las de fitness se han convertido en compañeras constantes de millones de personas que buscan una vida más saludable. Estas aplicaciones prometen, a los jóvenes y también, porqué no, a los no tan jóvenes, dar seguimiento de las actividades que realizamos día a día, nos enganchan a través de sus continuos consejos nutricionales personalizados y hasta algunas se especializan, llevando un monitoreo incluso del sueño. Sin dudas todo al alcance de nuestras manos con solo instalar una inofensiva aplicación más en nuestros dispositivos. Sin embargo, detrás de estas virtuosas y atractivas promesas de bienestar, se esconden riesgos significativos que sus usuarios deben conocer.
En comparación con otras aplicaciones, estas suelen adoptar mecanismos de firma más fiables y solicitan generalmente menos permisos que pudieran poner en riesgo nuestros dispositivos. Sin embargo, un porcentaje significativo de ellas expone a los usuarios a graves riesgos de seguridad. Varios artículos científicos coinciden en que, el 1,8% de las aplicaciones de salud móvil incluyen códigos sospechosos (por ejemplo, troyanos), el 45,0% se basan en comunicaciones no cifradas y hasta el 23,0% de los datos personales (por ejemplo, información de localización y contraseñas) se envían a través de tráfico no seguro.
Un análisis minucioso de las reseñas de las aplicaciones revela que los consumidores de estas aplicaciones desconocen en gran medida los problemas de seguridad detectados. A continuación resumimos los que encontramos que son más significativos:
Simplemente es un mercado en auge: Según un informe de la firma de investigación de mercado, el sector de las aplicaciones de salud y fitness está proyectado para alcanzar los 50 mil millones de dólares para el año 2025. Con una oferta que va desde simples contadores de pasos hasta avanzados asistentes de meditación, parece haber una aplicación para cada necesidad de bienestar.
Riesgos de privacidad y seguridad que deberíamos tener en cuenta: Pero, ¿a qué costo viene esta conveniencia? La seguridad de los datos es una preocupación primordial. Un estudio reciente reveló que el 80% de las aplicaciones de salud más populares no cumplen con los estándares básicos de seguridad, exponiendo datos sensibles a posibles hackeos.
Heterogeneidad e hiperconectividad: La coexistencia de nuevos dispositivos y sistemas con otros más antiguos puede aumentar la complejidad y el riesgo de ciberataques. Acá una alerta con los relojes inteligentes que en todo momento están compartiendo información sobre nuestro estado de salud (pulsaciones, intensidad de la frecuencia cardiaca, etc.) con nuestros dispositivos móviles.
Implicaciones que trae la modificación intencional de los datos que se gestionan en estas aplicaciones: Entre los principales riesgos que puede ocasionar que los datos lleguen a terceras personas, se encuentra la posibilidad de que éstas alteren datos del usuario que puedan ocasionar riesgos para su salud.
Intercambio constante y en muchas veces excesivo de datos: Además, el intercambio de datos con terceros es una práctica común. Muchas aplicaciones y en particular las de este tipo venden información a anunciantes y otras entidades, a menudo sin el consentimiento explícito del usuario. Esto no solo viola la privacidad, sino que también plantea preguntas sobre cómo se podrían utilizar estos datos en nuestra contra.
Políticas de privacidad evasivas: Las políticas de privacidad, cuando existen, a menudo son largas y complejas, diseñadas para desalentar su lectura completa. Esto deja a los usuarios en la oscuridad sobre cómo se manejan sus datos personales y biométricos.
Cada usuario tiene una disposición diferente al riesgo. Para algunos, el compromiso entre servicios o publicidad personalizados y privacidad es algo que están dispuestos a asumir. A otros puede no importarles que algunos datos médicos se filtren o se vendan a terceros. Lo importante es encontrar el equilibrio adecuado.
Acciones a realizar para disminuir el riesgo
- Investigue a fondo primero la aplicación antes de descargarla. Esto es primordial. Generalmente debe remitirse a los comentarios que se ofrecen por parte de los usuarios en el centro de descarga de la aplicación. Es importante detectar a tiempo si existen señales de advertencia de revisores de confianza.
- No debes conectar la aplicación a tus cuentas personales de redes sociales ni las utilices para iniciar sesión. Al menos no a las principales, y mucho menos a las instituciones de uso frecuente. Esta medida por defecto limitará los datos que se pueden compartir con estas empresas.
- Asegúrate de que estas aplicaciones usen el protocolo seguro de hipertexto.
- Debes siempre limitar lo que compartes y lo que no a través de estas aplicaciones. Ciertas veces resulta beneficioso asumir que todos los datos que emites pueden ser compartidos.
- No debes otorgar permiso a las aplicaciones para acceder a la cámara de tu dispositivo, localización, entre otros.
- Limita el seguimiento de anuncios en la configuración de privacidad de tu teléfono;
- Utiliza siempre la autenticación de dos factores cuando te la ofrezcan y crea contraseñas fuertes y únicas.
- Mantén actualizada estas aplicaciones. Siempre es bueno tener instalada la última versión. En estos casos debes estar alerta de los problemas de compatibilidad que pueden existir en cualquier momento.
La idea tampoco es viralizar e impedir que los usuarios las utilicen ahora. Las aplicaciones de salud y fitness pueden ofrecer beneficios significativos, pero es esencial que los usuarios sean conscientes de los riesgos asociados. Es imperativo leer y entender las políticas de privacidad, ajustar los permisos de la aplicación y mantenerse informado sobre las mejores prácticas de seguridad digital.
Hernández Domínguez, Antonio. (2024). Salud en la red: Cuando el bienestar digital se convierte en vulnerabilidad. Recuperado el 25 de mayo de 2024, de http://www.cubadebate.cu/especiales/2024/05/22/salud-en-la-red-cuando-el-bienestar-digital-se-convierte-en-vulnerabilidad/